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El Grabado: Vehiculo de Ideas Artísticas y Religiosas en la Colonia (Texto de Sala)

Un grabado es un diseño producido abriendo surcos sobre una plancha de cobre, entintando estos surcos, y transfiriendo este diseño entintado a una hoja de papel mediante una prensa.

Una vez creado un grabado, es fácil crear otro, pues la plancha de cobre puede limpiarse y volverse a entintar, y someterse nuevamente a la acción de la prensa. Estas operaciones pueden repetirse cientos de veces, produciéndose así cientos de grabados desde una plancha de cobre. Además los grabados son tan fáciles de transportar como las hojas de papel entintado que son. Así pues, antes del advenimiento de la fotografía, las ideas artísticas y religiosas pudieron viajar por todo el mundo gracias a la abundancia y portabilidad del grabado.

A fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, muchos grabados producidos en Amberes, entonces capital europea del grabado, viajaron a París. Allí fueron copiados, en grandes tirajes y a bajo costo, en las inmediaciones de los barrios universitarios de la ciudad, donde operaban cientos de grabadores, impresores, encuadernadores, y libreros. Muchos de estos grabados llegaron a España siguiendo El Camino de Santiago — ruta que tomaban millares de peregrinos a Santiago de Compostela, ciudad en la cual descansaban, supuestamente, los restos del Apóstol Santiago.

Siguiendo El Camino de Santiago, los grabados parisinos entraban a España por Pamplona y seguían a Burgos. Desde ahi viraban hacia el sur, dirigiéndose primero a Madrid y luego Sevilla, desde donde se embarcaban en un largo periplo transatlántico a la América Española. Ahí estos grabados sirvieron principalmente de modelos para obras pías pintadas o esculpidas por artistas indígenas. El uso de tales obras como didáctica de evangelización y estímulo de devoción había sido dictado por el Concilio de Trento, celebrado a fines del siglo XVI, en respuesta a la iconofobia protestante.

En esta muestra veremos los efectos de grabados producidos en Amberes y reproducidos en París sobre la pintura colonial. Nos centraremos en dos series de pinturas cusqueñas hoy en colecciones arequipeñas: una sobre la Vida y Milagros de Santa Catalina de Siena y otra sobre Anacoretas. Otras series de pinturas con orígenes parisinos pueden apreciarse en el Convento de Santa Teresa y en la Iglesia de la Compañía de esta ciudad.